Los espectadores o aficionados de cualquier equipo, ya sea en el campo, por la radio o la televisión siguen cada jornada a su equipo, leen cada día lo que acontece a sus jugadores preferidos, que les ha pasado, como están, qué dicen…
Pero realmente, únicamente vemos a los jugadores durante 90 minutos, quizás un poco más si contamos las ruedas de prensa o apariciones esporádicas durante la semana en cualquier medio. Pero antes y después de ese partido, la mayor parte del tiempo, los deportistas están envueltos en silencios que no son vistos por los aficionados.
En el mundo del deporte, da igual si estás en la elite o eres uno más del espectáculo, existen una serie de silencios que el deportista vive en soledad. Lo más duros se suceden en la derrota, en la parte baja de la tabla, cuando cada fin de semana, en cualquier categoría, la derrota es lo que te acompaña a casa después del partido.
La primera derrota te hace reflexionar, pensar durante la semana, qué errores se pueden mejorar, qué podías a ver hecho para cambiar las cosas, tienes el tiempo justo, 7 días para ir acoplando en tu cabeza las soluciones a tus errores, pero llega el partido y de nuevo se pierde.
En muchos casos, esos silencios se pasan en soledad, lejos de tu familia y amigos, sin querer salir para no escuchar los reproches, las miradas, la sensación de fracaso por una derrota, los aficionados no ven más que los 90 minutos, pero el jugador siente una frustración que a veces se cuestionan su amor por este deporte. Jornada tras jornada se suma a este silencio, la desconfianza y los reproches con uno mismo, la moral se va decayendo y la presión va aumentando. Se buscan culpables, la afición y los medios los busca, incluso dentro del equipo se buscan culpables, la derrota es tan profunda y hace tanta mella que es difícil que no afecte a la confianza.
Aprender a tratar esos momentos tanto a nivel grupal como individual son claves para cualquier jugador, recuperar la pasión por el juego, aprender a ser menos critico con uno mismo, a trabajar en equipo, a aprender que dentro del deporte hay etapas y que hay que seguir luchando. Dentro del deporte hay muchos silencios, iremos mostrando algunos de ellos, porque aunque no lo parezca, incluso en la victoria, en la cumbre, existen silencios.
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